martes, 2 de octubre de 2012

Los 4 grandes aciertos de la campaña de Peña Nieto


Enrique Peña Nieto ganó el pasado mes de julio las elecciones presidenciales de México. Desde el principio fue el claro favorito, pero a pesar de eso, sus asesores tuvieron que hacer frente a algunos problemas que desenvocaron en que sus rivales (especialmente López Obrador, en una increible remontada) le fueran recortando su amplia distancia, como el grave error de Peña Nieto en la Feria del Libro de Guadalajara, la presión de un grupo de estudiantes en un mitin en una universidad, o un desliz de la hija del candidato en las redes sociales.
Finalmente, ganó por 7 puntos de ventaja.
En mi opinión, estos 4 elementos fueron claves en una campaña muy bien realizada.

1.- Excelente gestión de la imagen.
Y no solo la imagen del candidato. También toda su imagen audiovisual: videos, fotografías, página web, redes sociales. Desgraciadamente, esto tiene bastante que ver con los medios con los que se cuenta. Saltaba a la vista que en toda la campaña del candidato del PRI había mucho dinero. Pero también otra cosa: trabajaron con los mejores y se dejaron asesorar. El objetivo buscado se logró: ofrecer una imagen moderna y actualizada, algo clave cuando el partido al que representan es el más viejo de México.
Mención aparte para los videos que grababa Angélica Rivera, la esposa del candidato, con su propio móvil, y que se difundían a través de youtube. A mucha gente, evidentemente, no le gustaron. Pero llegaron al público que buscaban, y aprovecharon que Rivera es famosa como actriz de telenovelas.
También importante: buena gestión de las redes sociales. El propio candidato subiendo fotos personales a twitter y facebook.
Otro acierto: crear una aplicación propia para ipad. Todo hacia el mismo camino: ofrecer una imagen de modernidad.

2.- Los trapos sucios, mejor sacarlos uno mismo.
El candidato tenía unas cuantas cosas oscuras en su biografía. En otro momento, sus asesores hubieran intentado por todos los medios que nada saliera a la luz. En este caso, lo que hicieron fue hacerlo todo público lo antes posible. Meses antes de que comenzara la campaña el propio candidato anunció que había tenido dos hijos fuera del matrimonio, y habló sin tapujos de la muerte de su primera esposa. De esta forma, autoasumiendo su error, apenas le pasó factura. Y lo mejor, hacerlo con tiempo. Al llegar la campaña, ya era algo completamente amortizado.

3.- Responder a los falsos rumores.
El motivo de la enfermedad de su primera esposa, sus propiedades, su odio a los homosexuales, su relación con antiguos dirigentes del PRI o su afición por el lujo. En su propia página web se creó un apartado sobre "falsos rumores", donde se respondía a todos y cada uno de estos rumores, y se aportaban datos y documentos. De nuevo una máxima de la comunicación política en el siglo XXI: cuanto más se comunique, mejor. Pasaron los tiempos de dejar correr los rumores y no intervenir. Cuando hay que negar algo, se niega.

4.- Firmar públicamente sus promesas de campaña.
En cada Estado que visitaba, para acabar su mitin, firmaba públicamente sus promesas para cuando fuera elegido presidente. Evidentemente, no es nada nuevo ni un descubrimiento. Pero nunca está de más. Aporta credibilidad al candidato de cara a los votantes, que le ven como alguien con palabra, dispuesto a firmar lo que promete. Luego lo cumplirá o no, pero el acierto en la imagen es clave.

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